Dulce María Vázquez Tlila, originaria de San Pedro Cholula, Puebla, ha vivido una experiencia transformadora durante su estancia en Colombia. Eligió Medellín para su intercambio académico, motivada por la riqueza natural, cultural y la calidez de su gente.

"Escogí Colombia porque es un país con mucha naturaleza y cultura, por su gente cálida y la gastronomía", comentó Dulce María al hablar de las razones que la llevaron a tomar esta decisión. Sin embargo, fue un detalle arquitectónico el que le hizo inclinarse por la universidad que hoy se ha convertido en su segundo hogar. "Me llamó la atención el edificio con la losa inclinada, siento que el mensaje que transmite es que pertenece al cerro, con la naturaleza", explicó.

La estudiante mexicana ha encontrado en Medellín una ciudad que le ha permitido no solo ampliar sus conocimientos académicos, sino también descubrirse a sí misma. "Me ha encantado la experiencia, pues a pesar de estar descubriendo lugares y otra cultura, también me he conocido a mí", confesó.

Uno de los aspectos que más la ha impresionado de la capital antioqueña es cómo la naturaleza se integra en el paisaje urbano, una característica distintiva de la ciudad. "Lo que más me ha impactado de Medellín es cómo la naturaleza está integrada en la ciudad", añadió.

Su experiencia ha sido tan gratificante que no duda en recomendarla a otros estudiantes. "Sí recomendaría esta experiencia, pues conoces otra manera de ver la vida a través de la cultura en la que te estás exponiendo", dijo.

 Además, Dulce María destacó el apoyo que ha recibido tanto de la universidad como de sus profesores, quienes la han integrado en diversas actividades relacionadas con su carrera. "Los profesores de mi pregrado siempre han estado integrándome en las actividades, lo que me ha permitido conocer Antioquia desde una perspectiva arquitectónica", comentó.

Con una visión clara y entusiasta, la joven mexicana no descarta la posibilidad de volver a vivir un intercambio en la misma universidad, destacando la atención y amabilidad de las personas, así como la oferta académica que le ha permitido enriquecer su formación. "Si tuviera la oportunidad de volver a hacer un intercambio, lo haría en esta misma universidad", concluyó.

Dulce María Vázquez Tlila es un ejemplo de cómo el intercambio académico no solo abre las puertas al conocimiento, sino también al crecimiento personal y cultural, permitiendo que estudiantes de todo el mundo se conecten con nuevas realidades y formas de ver el mundo.