Universidad Católica Luis Amigó

Secretaría General, Gobierno Institucional y Reglamentos

Comunicado 82. El respeto ante todo: de la dominación y la sumisión laboral

Publicado por Secretaria.general el 3/3/2023 (246 lecturas)

 Todo contrato de trabajo tiene 3 elementos: 

 
1. La prestación personal del servicio por parte del trabajador
2. La remuneración o salario 
3. La subordinación jurídica
 
Este tercer elemento, implica "la potestad que tiene el empleador de dar órdenes en razón del servicio para asegurar el cumplimiento de las tareas y los fines de la empresa".
 
En algunas ocasiones, la subordinación se desdibuja en razón de las actitudes de "los malos jefes" y se convierte en autoritarismo, despotismo, exceso de dominación o esclavización.
 
Al trabajador le corresponde asumir sus labores con lealtad, probidad, compromiso, cumplimiento de los deberes y responsabilidades asignadas, en términos de eficacia.
 
Esta obediencia, cuando es tomada de manera ventajosa y desproporcionada por su jefe para maltratar al trabajador, se considera "sumisión laboral".
 
Quiere decir lo anterior, que un jefe dominante que somete sumisamente y sin consideración a sus trabajadores es la expresión "de una nueva forma de esclavitud".
 
La dominación que exige sumisión es considerada maltrato laboral, lo cual va en contra de la dignidad humana del trabajador.
 
Los jefes dominantes se conocen fácilmente  por su lenguaje verbal, el tono de la voz, la forma en que escribe o se dirige a sus empleados y a unas expresiones o lenguajes de su cuerpo.
 
Bajo los adjetivos de firmeza y franqueza, dan afirmaciones rotundas que no admiten que sean controvertidas, imponen sus puntos de vista, no escuchan razones, no dejan hablar ni expresar al trabajador, pues consideran que no tienen derecho hacerlo.
 
El jefe dominante es intimidante con sus palabras, gestos y aún sus silencios. Genera amenazas, lanza calificativos, no perdona equivocaciones, un solo comportamiento errado del trabajador lo considera como si fuera una actitud permanente, tiene  la creencia que el trabajador no se puede reivindicar, disfruta con las humillaciones, alimenta su ego permanentemente en razón de su superioridad, dice cosas absurdas que obliga a asumirlas como si fueran dogmas incontrovertibles.
 
El dominante considera que su papel de jefe le permite todo sobre el trabajador, no tolera aquel que no sea sumiso, busca hacerlos culpables, se aprovecha de sus necesidades de empleo para doblegarlo incondicionalmente, no le tolera una respuesta negativa a una orden, no permite el diálogo, ni la comunicación y disfruta ver a su trabajador "caído", sin moral, doblegados y quebrados, no reconocen errores, no toleran personas iguales o parecidas, pues las consideran un peligro potencial para su estabilidad y autoridad, temen perder su "territorio de poder" y andan a la defensiva para mantenerse en el mismo.
 
Con todo lo anterior, el perfil adecuado del equipo de trabajo del dominante, es el sumiso, el débil y el pusilánime, el trabajador descontrolado en lo emocional, en lo laboral en sus aspiraciones, el temeroso que sabe "que siempre está en riesgo" frente a su jefe maltratador.
 
El trabajador deberá ser siempre leal, probo, responsable, comprometido, respetuoso, pero también deberá ser asertivo, firme, mantener su dignidad, preservar su respeto hacía sí mismo, fuerte para no denigrarse ni justificarse cuando tiene la certeza que hace las cosas bien y con cumplimiento. 
 
El dominante, mal jefe, aprovechará siempre el miedo del trabajador que está bajo su autoridad o mando para que su obediencia sea incondicional y su sometimiento sea ilimitado. Siempre considera que ser fiel, ser leal y ser obediente, será hacer las cosas sin ninguna discusión frente a las órdenes de su jefe.
 
El empleado deberá trabajar siempre de manera responsable, lo cual no implica docilidad absoluta, sumisión infinita, pues al final es una víctima de su superior despótico.
 
El mal jefe tendrá como único argumento la intimidación, lo cual disfraza la mediocridad  y la incompetencia en su desempeño. "El abuso del mal jefe es el ropaje de su mediocridad".
 
Una organización, no puede tolerar jefes dominantes pues serán detonantes del mal clima laboral, la frustración de las aspiraciones legítimas de sus servidores y favorecerá futuros conflictos en materia de acoso laboral, establecida en la ley 1010 de 2006.
 
El dominante: 
 
Ejerce agresión física
Ejerce agresión verbal
Humilla
Descalifica
Ridiculiza
Amenaza de despido permanentemente o de no continuar en el futuro con el trabajador por cosas baladíes.
Es completamente emocional
No escucha razones
Ordena al trabajador que realice cosas en contra de sus convicciones y creencias.
No tiene en cuenta opiniones y aportes y más aún cuando éstos son mejores que lo que él pudo haber pensado o propuesto
Es irónico
Es satírico
Genera burlas
No genera consensos, sólo se impone 
No rectifica 
Se cree perfecto
No respeta espacios de intimidad de sus empleados
Coloca tareas absurdas para mostrar que ordena lo que quiere y como quiere
No respeta los tiempos laborales, tareas pactadas, ni horarios de descanso de sus trabajadores.
Discrimina
Niega permisos necesarios a sus empleados
 
Finalmente, el dominante no forma equipo de trabajo, sino que se siente un capataz, un amo, un rey, que se alimenta de la debilidad, la necesidad y la indignidad de sus trabajadores.
 
Un trabajador sometido por un mal jefe, es víctima del maltrato laboral, lo cual debe ser dado a conocer al Comité de Convivencia Laboral.
 
Cuando identifique un jefe dominante o abusivo, se recomienda al trabajador que toda orden de la cual se intuya un acoso laboral por maltrato, se solicite la misma por correo electrónico o whatsapp; tener la evidencia de testigos, grabar los llamados de atención verbales o que realice por escrito, (es permitido grabar las llamadas telefónicas con este fin, incluso, colocar el altavoz para que sea escuchado por testigos o grabado), guardar los audios de whatsapp que demuestren maltrato, entre otros, con el fin de que se constituyan en medio de prueba inequívoco para cualquier proceso de acoso laboral denunciado ante los comités de convivencia laboral o ante el juez laboral.
 
Nuestras normas internas: Reglamento docente, Reglamento Interno del Trabajo y Código de Buen Gobierno y Transparencia, prohíben el maltrato, despotismo, autoritarismo y dominación en materia laboral  por cualquiera de los jefes y en cualquiera de los niveles.
 
Es un derecho del trabajador, colocar en conocimiento cualquier abuso de jefes dominantes, que buscan servidores esclavos y sumisos.
 
El trabajo es un medio de dignificación humana, realización de un proyecto de vida, que genera condiciones de subsistencia del trabajador y de su grupo familiar.  El trabajo no puede ser jamás un medio de esclavitud, de tortura, ni de degradación humana. 
 
Quienes tengamos funciones de dirección y responsabilidad debemos ser ejemplo del buen trato "No haga a los otros lo que no quisiera que no hagan con usted. Haga a los otros lo que quisiera que hagan usted". (principios de reciprocidad universal). Tratar bien para ser bien tratado.
 
 
 
 
(Este escrito es una elaboración personal del Secretario General, con base en la lectura de otros textos, que pretende solo orientar, con el fin de adoptar mejores prácticas del buen trato y prever conflictos en materia de acoso laboral).