Universidad Católica Luis Amigó

Cooperación Institucional y Relaciones Internacionales

María Alejandra González Yepes

Publicado por Webmaster el 21/9/2017 (802 lecturas)

UN VIAJE HACIA EL DESARROLLO PERSONAL

Por: María Alejandra González Yepes

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Desde que tengo memoria he creído que los viajes son, por mucho, la mejor educación a la que cualquier persona puede acceder y después de haber disfrutado de esta experiencia en Argentina, sé que no me equivoqué al pensar de esta manera.
Para comenzar, creo que lo más importante para realizar un sueño, para viajar a otro país, son la voluntad y la seguridad en uno mismo. Tomar esta decisión te saca de tu zona de confort y te obliga a descubrirte en ámbitos inexplorados, en donde te conoces nuevas habilidades y pones a prueba tu capacidad para resolver problemas, tu capacidad de adaptación y de paciencia.

Elegí Argentina por su alta oferta intercultural y académica. Estudiar en la Universidad Nacional de La Plata, una de las mejores instituciones del país, fue todo un honor no solo por los maestros y compañeros de estudio, sino por la calidad humana e intelectual que allí te encuentras y no solo de ese país sino casi que del mundo: latinos, europeos, norteamericanos, asiáticos; todos compartiéndote sabiduría, una experiencia maravillosa.
Ser partícipe de un intercambio académico te abre puertas laborales, pero sobre todo es un viaje que realizas hacia el desarrollo personal, porque entras en un proceso de transformación donde empiezas a comprender que hay mil maneras de hacer las cosas, abres tu mente hacia otras ideas, hacia nuevas formas de conocimiento y de pensamiento que te permiten a lo largo del camino cambiar de actitudes, aptitudes y comportamientos, es decir, que te permiten ser una mejor versión de ti mismo.

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Lo que más disfruté de esta forma de viajar es que cada día me levantaba en lugares diferentes, compartiendo con personas diferentes, haciendo cosas totalmente nuevas para mí. Vivir con una comunidad de estudiantes de distintas partes del mundo, hacer amigos tan diversos, probar comidas nuevas, aprender más sobre la responsabilidad y la independencia; todo, absolutamente todo, es una práctica enriquecedora que nos forma como seres humanos capaces de afrontar los retos profesionales que vengan. En pocas palabras, espero que transmitirles mi experiencia sirva como motivación para que realicen la suya.