Después de tomar la decisión de realizar un intercambio académico, lo más importante es definir hacia dónde partir. Es un hecho que este proceso ayuda a crecer en el ámbito académico y personal, da la posibilidad de conocer lugares y personas y por supuesto da la oportunidad de encontrarse consigo mismo.

Cada uno debe evaluar su potencial y su capacidad de adaptación. Teniendo en cuenta que nuestro país no tiene estaciones, este sería uno de los aspectos a tener en cuenta. No es fácil para nosotros adaptarnos a climas extremos, por eso es necesario pensarlo dos veces si no se es muy tolerante a las temperaturas extremas, en caso de aceptar el reto del clima, se recomienda informarse muy bien y llevar ropa apropiada para afrontar la estación que corresponda.

Comunicarse con otras culturas resulta difícil al principio, incluso en países que hablan español, si se opta por utilizar el intercambio para mejorar su nivel de comunicación en un segundo idioma, se debe llegar con buen nivel y saber que el intercambio es para “perfeccionar” el idioma, no para aprenderlo.

Otra de las particularidades del intercambio es el desprendimiento de la familia, los amigos, seres queridos y salir de la zona de confort, entonces también hay que pensar muy bien cuáles serán las condiciones para vivir durante un semestre y tomar la decisión de estar solo o compartir con otras personas y aceptar los “beneficios” de la convivencia.